Nicanor Parra Sandoval
nació el 5 de septiembre de 1914 en la provincia de Ñuble, es un poeta,
matemático y físico chileno cuya obra ha tenido una profunda influencia en la
literatura hispanoamericana. Algunos aspectos de su poesía no son ajenos al
medio cultural de su infancia y adolescencia. Fuera de cortos períodos vividos
en Santiago, Lautaro y Ancud, los años fundamentales tienen como escenario los
suburbios de la ciudad de Chillán. Su infancia de precariedad económica y de
continuos cambios de residencia, su trabajo como docente, y sus viajes
realizados a Estados Unidos e Inglaterra influenciaron mucho su forma de
escribir llegando a ser uno de los máximos exponentes de la antipoesía. Entre
sus obras más destacadas se encuentra “Cancionero sin nombre”, “La cueca
larga”, “Versos de Salón”, “Versos de salón” y “Poemas y Antipoemas”; con este
último obtuvo el premio del sindicato de escritores de Chile. A lo largo de su vida como escritor obtuvo varios premios importantes como el premio "Miguel de Cervantes" el año 2011, "Premio Nacional de Literatura" el año 1969.
Nicanor
Parra pertenece a la generación literaria de 1942, en esta generación se
encuentran otros artistas importantes como Violeta Parra, Gonzalo Rojas, entre
otros. El escribe durante la Guerra Civil española y el inminente estallido de
la Segunda Guerra Mundial, esta situación internacional es crítica en su forma
de escribir.
“Poemas
y Antipoemas”, fue escrita en 1954. Con esta obra, Parra viene a romper con un
ordenamiento generacional y continuo de la poesía chilena y latinoamericana del
s.XX, la cual, según los doctores de la ley, no debió haberse publicado. Este
poemario presenta los temas de anticlericalismo, crítica social y desamor. “El
peregrino”, se sitúa en la tercera parte de la obra, la cual corresponde a los
antipoemas.
El tema de este poema es la denuncia que hace el peregrino sobre la
injusticia social.
Este
antipoema posee tres largas estrofas donde predominan las sílabas de arte
mayor, las que se separa un único verso para cerrar el poema.
En
el poema, de 24 versos, podemos identificar tres apartados: el primero que va
desde el verso 1 hasta el 6, en cual se hace un llamado de atención a la
sociedad; el segundo desde el verso 7 al 21, se describe al hablante lírico y
se compara con la audiencia; el último apartado desde el verso 22 al 24,
representa al hablante lírico pidiendo ayuda.
El
título de este poema “El Peregrino” es una total ironía debido a que no tiene
relación con lo mencionado en este. El peregrino es aquel que por
devoción o por voto, viaja y visita santuarios o algún lugar sagrado; en
cambio, en este poema se presenta a un vendedor ambulante el cual en vez de ir
a lugares sagrados, se dedica a vender en calles o ferias.
En
el verso 1 con el 6 se presenta un estribillo para recalcar su llamado de
atención a sus auditores, a continuación en el verso 2 les dice que miren hacia
el otro lado de la república para que vean la otra cara de la moneda (la parte
pobre de esta); entre el verso 3 y 4 dice que sean racionales y de dejen llevar
por la emoción, esto lo representa mediante una personificación en el verso 4,
dejando atrás los asuntos personales. En el verso 5 él levanta la voz para que
la clase baja se haga sentir.
En el v. 7 se presenta una metáfora al
compararse el sentimiento de encierro del H.L. con un alma embotellada;
continua diciendo que se siente en un abismo sexual e intelectual (v.8). En el
v. 9 se muestra una hipérbole al exagerar su situación, diciendo que solo se
puede alimentar por la nariz, tal como lo hacen las personas en estado de coma.
Entre el v. 10 y 11 podemos apreciar una anáfora para enfatizar el deseo de ser
escuchado e informado. En el v.12 dice que necesita luz, la cual refleja la
salvación, antes de que su jardín se cubra de moscas; estas moscas son el reflejo
de la oscuridad y la muerte, ya que estas son atraídas por los cadáveres. A
continuación, en el v. 13 y 14, el H.L. suena como si estuviera perdiendo
cordura. Entre el v. 15 al 17 el H.L. habla de la bicicleta y el automóvil como
medios de transporte para escapar de su triste realidad y el puente es la vía
para realizarlo. Entre todos estos versos (7 a 17) el hablante demuestra que su
alma está en desequilibrio con su cuerpo y se muestra necesidad de extraído de
su estado de embotellamiento.
En el v.18 el H.L. comienza a dirigirse
a la audiencia con una anáfora que se extiende en el v.19 y 20. Entre estos y
el 21 le habla a la clase alta, adinerada y acomodada. Primero dice que esta
clase está en los jardines, los cuales representan un cosmos, todo ordenado,
mientras que el H.L. está en un caos; luego en el v.19 se refiere a que la
clase alta tiene más recursos y pueden acceder a más vestimentas (pieles).
En el v.20 y 21 hay una ironía diciendo que esta clase posee un séptimo
sentido, el de mente extendida, ya que ellos en realidad son muy cerrados ya
que viven en su burbuja, la cual limita su forma de ver el mundo.
En los últimos versos, se presenta una metáfora: el H.L. se compara con un
niño que está perdido llamando a su madre, luego con un peregrino que camina
eternamente y con un árbol que necesita ser cubierto de hojas, lo cual se
muestra mediante una personificación ya que los árboles no gritan. Esto refleja
al hablante pidiendo ayuda, para ser rescatado de la situación en la que se
encuentra.
A modo de conclusión, podemos mencionar que en el antipoema “El peregrino”
se presenta una crítica sobre la injusticia social. Para esto, el H.L. utiliza
una actitud apelativa del lenguaje, dirigiéndose a la gente que pasa por el
lugar donde él se encuentra. Este poema se relaciona a la mayoría de los otros
poemas del libro en su función de criticar la sociedad de la época. El hablante
lírico mediante sus versos expresa su sentimiento de ser oído y salvado de la
precaria situación en la que se encuentra.
Excelente análisis. Muchas felicidades y te agradezco por publicarlo.
ResponderEliminarGracias, me fue de ayuda para entender el poema
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