miércoles, 4 de junio de 2014

Analisis Aura

En el primer apartado, se configura una analogía con el ritual de la comunión propio del cristianismo en donde la posición de rodillas de Aura supone una sumisión, una entrega, una posición de recepción o bien de preparar al otro en este ritual. Asimismo, este ritual tendrá diferentes instancias que se inicia con la posición de rodillas y sigue con la representación del acto de la comunión a través de una oblea que será la ostia del acto cristiano en donde se recibe el cuerpo de Cristo, como se aprecia en la metáfora de la tercera línea "Acaricia ese trozo de harina delgada", y en la cuarta y quinta línea donde se la llevan la mitad de la oblea (ostia) a la boca al mismo tiempo, entonces veremos a una Aura-sacerdote y a un Felipe-feligrés que busca a través de esta “celebración” unirse en cuerpo y alma. Posterior a esto veremos la posición del cuerpo desnudo de Aura que también implica una analogía con el Cristo crucificado que se entrega a su seguidor, que se sacrifica por el otro, así Aura se entrega por el otro en la novena y décima línea, o más bien, se “sacrifica por Consuelo” en un altar, concretizándose la unión esperada en cuerpo y alma. Es importante destacar que este ritual es conocido y denominado "nupcias del sabbat" que debe hacerse a lo que era un matrimonio. Esto explica porque en el tercer capítulo en la página 30 Aura le dice a Felipe: "Eres mi esposo", convirtiéndolos en un matrimonio en el que se evidencian nombres onomásticos, representando Montero al que caza, al que "monta" a Aura. Y ella es como una presencia espiritual, como una energía (aura) de la cual su verdadero aspecto físico es el de Consuelo. Luego, en el segundo apartado se evidencia una conversación posterior al acto sacrílego en donde se busca una unión que va más allá, clamando un amor por siempre que traspase la barrera del tiempo en donde la belleza es el tema principal que se hace patente en la obsesión de recordarlo, a través de las preguntas y la insistencia con que estas se realizan buscando la reafirmación permanente de ser la única depositaria del sentimiento. En efecto Aura está consciente de que Felipe jamás saldrá de la casa, y con quien convivirá para siempre será con el ser de apariencia física de Consuelo, por lo que se asegura de que el amor de Felipe sea completamente incondicional traspasando incluso la barrera de la vida y la muerte como se ve en la pregunta de la línea 20 "¿Aunque muera Felipe?¿Me amarás siempre, aunque muera? Finalmente, en el tercer apartado concluimos en la presencia de un binomio compuesto por Aura-Consuelo, mostrando una dependencia y sumisión, ya que Aura se sienta a su costado como si fuese un servidor o una mascota totalmente dominada. De ahí que ambas sean capaces de realizar los mismos movimientos como si fueran solo una. Pareciera que su pacto va más allá de ser tía y sobrina sino que más parece que Aura es su proyección, su otro yo, aquel cuerpo en donde Consuelo puede proyectar ese deseo frustrado sellado por su viudez. Los actos que realizan casi al mismo tiempo son una especie de agradecimiento por realizar el ritual, y las líneas 34 y 35 se evidencia que en realidad Consuelo fue partícipe del ritual ya que Montero aún puede recordar sus movimientos, su voz, su danza. Posterior a esto ambas se retirarán al cuarto de Consuelo, y se puede interpretar de la metáfora de las líneas 38 y 39 "pasarán juntas al cuarto donde tiemblan las luces colocadas frente a las imágenes" (donde las luces representan a las velas), que la habitación de la anciana es un lugar donde se llevan a cabo varios rituales y brujerías.

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